martes, noviembre 18, 2008

Tiempo de vivir en el Amor

Este era un blog sobre el amor.

El amor egoico, mundano, neurótico, controlador, demandante, especulador. El amor que pide explicaciones, que busca placer, respuestas, el amor basado en la negociación de necesidades. El no amor.

Y rondaba siempre la sospecha, en gotas de verdad, de que en verdad el amor ES otra cosa.

Este es un blog sobre el Amor.

Una química sincrónica que conecta todo, absolutamente TODO. Hasta lo que no quiere ser conectado.

Una luz de donde venimos y hacia donde vamos.

Un verse brillando en el fondo de los ojos de otro, que es uno mismo.

Un dejarse ir. Sencillez. Inocencia. Regreso al ser.

Sin límite ni condiciones.

Entregarse sin guardar nada, sin ningún disfraz. A la belleza, a la verdad, a la magia, al bien mayor. A la vida, a nuestr@s herman@s. Aún a l@s que ignoran que somos herman@s, regalarles nuestra sonrisa. Aún a las partes de nosotr@s mism@s que niegan que todo es uno, darles nuestro Amor.

El Amor es el fin de la vida desde el ego. De todo lo conocido. Es el principio de todo.

Es abrazar la incertidumbre.

El amor no es algo que "pasa". Es un camino que se elige.

Y siempre sucede en el presente.

No son todo puras rosas. A veces nos pinchamos los dedos con nuestros egos espinosos, miedosos, deseosos. Pero para el que tiene la paciencia de cultivar, el aire se llena de perfume.

Es el perfume de nuestra esencia.

Estamos volviendo a casa...

¿y dónde vivimos?

en el amor...dónde sino.

(las otras direcciones son sólo para que nos manden la correspondencia)

:)

martes, septiembre 23, 2008

Efecto Primavera :)



Venía pensando en el bondi, mirando los techos de los edificios y el cielo asomando ...que en verdad tiene mucho más sentido estar enamorada del amor que enamorarse puntualmente de alguien

alguna vez sentiste una alegría dulce, una ternura por dentro, una sensación...como estar relleno de pétalos y sol, de microestrellas que juegan adentro tuyo, encendiendo todo alrededor...? y todo esto sin motivo, sin ninguna causa externa...y el afuera simplemente se ordena siguiendo ese reverberar luminoso y juguetón

hacia dónde, hacia quién vaya esto, no importa...lo que importa es este nuevo cableado orgánico y sincrónico que nos reconecta con lo que somos: luz y amor

y cuando uno está enamorado del amor, cuando uno sirve al amor, trabaja para el amor (no hay mejor jefe! jaja)...es completamente...LIBRE! voila le truc...uno elige amar, pero no a qué, a quién...ésa es la libertad verdadera: la del soltar la necesidad de control, de obtener algo de alguien, y simplemente fluir...

nuestra tarea es más fácil de lo que pensamos: SER. Sentir y expresar. Creer en el amor. No en el sentimiento tontito y apegado de los corazoncitos de azúcar y el no puedo vivir sin vos, sino en el inmenso sentimiento cósmico que arremolina los granos de arena y teje la estructura de las galaxias...o pensás que todo eso fue por casualidad! jaja

hacia qué o quiénes se abren las flores en mí...se lo dejo al Universo :)

qué hermosa la libertad de entregarse a todo...!

domingo, septiembre 14, 2008

Hasta Neptuno sin escalas



luna lunar de fin de invierno
deseando besos de desayuno cerca del río para contar
o sin contar sentir
permaneciendo robada al tiempo, como escribía
todo sucede en la cabeza
que oscila
de una sensación a otra
de una emoción a otra, a la velocidad de la luz
quiero, no quiero
no hay error en lo que fluye
en el agua
en la risa
en la piel
en el sueño
en el ser
en el tiempo latido a latido
tiempo viento aliento solar
en mi boca
para compartir
respirando
enrolladitos en una sábana de estrellas
y risas
y silencios
vivos
fuera del mundo
aleteando
en lo dulce de la tierra mojada
del calor del corazón vibrando
en cosquillas de magia
en el cuenco del tiempo sin pensamientos
bailando
siendo
brillando
despegando

jueves, septiembre 04, 2008

Ein lied für dich

Me di cuenta de que El Robot tiene un tema llamado Ich liebe dich
Me acordé que yo tengo guardada, hace más o menos 20 años, una tarjetita que dice
Ein lied für dich...de la época en que mis viejos me llevaban a la feria de Frankfurt...de la época en que vivíamos en Barcelona, la misma ciudad donde ahora vive el Robot...

Es una buena sincronía para transcribir una letra pura sincronicidad que me fascina
(en qué taper estuve que no escuché a estos chicos antes, no sé...ni siquiera sabía de Jaime sin Tierra...es que no lo pasaban en Radioactiva! jaja)

Nos dimos un abrazo y por un momento sentí
tu corazón latiendo al mismo tiempo que el que yo tengo
cosquillas en todo el cuerpo sentí
y me quedé pensando...

Dormimos separados y por un momento soñé
que soñábamos lo mismo y al mismo tiempo nos vi
cabalgando por el cosmos dentro nuestro en un caballo
que nunca se cansa
me quedé pensando...

Dentro de
tus ojos
de almendra
florecen
estrellas que titilan
de alegría en mis pupilas

miércoles, agosto 27, 2008

la ola emocional


No hay nada peor que el falso entusiasmo...que obligarse a hacer algo prendiendo firuletes y cañitas voladoras...tratando de adornar una torta apelmazada, de ponerle una buena cobertura de crema...

Me doy cuenta de que cuando la cosa se pone más interesante cuando mi escritura aleianística dogmática catártica curativa se pone liviana como una lluvia de gotas tibias con sabor a merengue...en esas intersecciones se dan las mejores masitas de la bandeja (que hoy vi pasar en uno de los eventos turnecinos saturninos y me quedé con ganas golosas...)

Qué raro que hoy sea un día mono solar, estoy melanco...tanto escuchar El Robot Bajo el Agua....! Entré en un clima melanco dulce.

Es algo que me pasa mucho, me pegoteo a los climas, a las atmósferas, a las energías...es un tema.

No sé...de repente me agarra eso de querer compartir códigos de dulzura surreal con alguien...bueno, con alguien no. Con alguien que cante algo así:

cuando no puedas dormir
cuando las lágrimas se caigan de tus ojos
cuando no puedas sonreir
cuando no entiendas lo que sentis
llamame...
que aunque yo muchas veces tampoco estoy contento
y aunque yo muchas veces tampoco entiendo lo que siento
te quiero

Uy, qué joda volver al monstruito emocional...tanto sincronario, tanto cuenco, tanto UCMD, tanto ya casi olvidarme de mi cuerpo, del sexo como se vive aquí en Velatropa 24.3, ya estar casi sintiendo abrazos de luz y orgasmos cósmicos...y volvemos al circo emocional! uff....y no se puede luchar contra esto, of course...ni luchar, ni revolcarse en. Hay que quedarse quietito y adentrarse la sensación. Tarda a veces, pero pasa. Siempre.

En verdad lo que asoma ahora es mi partecita dolida de no tener una relacioncita! uF...y un miedo transatlántico de que ningún hombrecito me vea (como yo los veo a veces) de esa forma caramelo cómplice creadora de músicas en la piel...que ahora deseo otra vez con todas mis entrañas.

qué lejos anduve buscando, cuando buscaba...

cuántos disfraces al pedo...

será que es tarde? que lo que viene ahora es otra cosa que no tiene nada que ver con este flashback emoadolescente...?

ya ahí ando al borde del abismo de mi miedo

ya siento el nudito en la garganta, el que se me había ido hoy a la mañana con mi clase de tai chi...

está bueno, porque al final nadie puede sostener tanto dogmatismo junto a no ser que le amputen el pain body de una vez...iba a poner el corazón, pero pobre corazón, no lo mezclemos en la sarasa...

al final todos los libros dogmáticos son una mentira...el esfuerzo de sostener algo que no se sostiene, porque cuando menos la esperamos, cuando ya andábamos surfeando lo más bien, viene una super ola emocional y nos tira al agua...

Si no, no estaríamos aquí. Si no tuviéramos cuerpo emocional, digo. Tampoco tendríamos cuerpo físico. Entonces todo lo que “cierra” es de mentira, es el esfuerzo porque cierre, un esfuerzo antiflujo que agota a las personas-mascarita hasta que se van muriendo de a poco. Lo cual no es la mejor manera de existir. Ni de morirse.

Yo ayer escribía sobre el sostener...hoy me parece que eso de sostener tiene una cosa sospechosa...una cosita egótica...a fin de cuentas, ya dejamos el plexo solar, ya estamos nel cuore (fíjense si no les vibra, si no les late más el corazón en estos tiempos, sin ninguna causa aparente).

Yo ya no quiero sostener nada. Ni una idea, ni una emoción. Pero si aparecen, voy a bucear hasta el fondo de la pileta. Porque me da placer. Porque me da verdad. Porque me puedo ahogar morir, lo cual sería...

...bello.

jueves, agosto 07, 2008

In love ≠ ON Love


El Amor no es sentir algo hacia alguien. Es una energía en abstracto, disponible para todos y en cada uno de nosotros. SENTIR AMOR ES SENTIR EL FLUJO DE ESA ENERGÍA. Es encontrar la resonancia en nosotros mismos, en la naturaleza, en los ojos de otras persona.

El Amor es una especie de matriz energética que está en todo, pero de la cual paradójicamente nos desconectamos muy a menudo...bah, pasamos la mayor parte del tiempo unplugged...jaja.

El Amor no se crea ni se destruye...sólo se transforma. No es posible dejar de sentir, dejar de ser amor. Sólo es posible dejar de percibirlo.

Love is in the air...we breathe.

Respirar es un acto de AMOR.

Y SER (ser con plena conciencia), también. Inclusive cuando se expresan energías y sentimientos de odio, el Amor está presente. Es el sustrato básico del que se desprende toda experiencia. TODO ES POR AMOR. Inclusive el dolor y el conflicto, tienen la amorosa finalidad de enseñarnos, de llevarnos a ser lo que somos, lo que vinimos a expresar...la finalidad de sacarnos de la sarasa! Y sí, el sufrimiento hasta ahora ha sido el medio más eficaz para empujarnos a buscar más allá...pero no es el único.
AMOR ≠ EMOCIÓN
Somos adictos a la emoción, y la emoción siempre contiene dos cosas: placer y sufrimiento. Aunque sólo se manifieste una, den por sentado que la otra está a la vuelta de la esquina. Es un ciclo. Como el tiempo...

"Es un instintivo deseo de rastrear novedades
Es humano soportar el paso del tiempo
Es el amor por la novedad entre la repetición de la rutina
En la vida darse cuenta que nada dura para siempre mientras pasa el tiempo
Aquí están los amantes locos uno por el otro
Pero luego de una larga relación, no es el amor que ha decaído, son sus corazones vibrantes, su química, su pasión y su anhelo
Estoy exponiendo una pregunta para ellos. Una muy absurda."
Kim Ki Duk

¿Qué es el Amor?

Esa es la pregunta absurda. O también ¿Por qué amamos? ¿Qué amamos en otra persona?

Se piensa que el amor es algo irracional. Entonces no profundizamos en ese sentimiento (extrañamente, porque analizamos todo). No vamos más allá del sentir. Y luego los artistas se encargan de transmitir sus visiones dramáticas sobre el amor: el absurdo, el paso del tiempo, la incomunicación, la imposibilidad de llegar al otro, el fin de la pasión, la tragedia de la separación, etc, etc (o también las ultrasweet, el te quiero te adoro te compro un loro y no sé cómo puede vivir tanto tiempo adentro del tupper hasta que te encontré, porque vos sos lo que siempre desée con todo mi corazón de melón lleno de pasión, etc, etc)

Entonces, todo lo que entendemos del Amor es la cáscara emocional, la capa superficial en la cual lo vivenciamos.

El verdadero Amor nos asusta.

Ayer decía que no es posible hacer el amor con una persona si no es posible mirarala a los ojos durante cinco minutos sin desviar la mirada, sin mirar otra cosa que el fondo de sus ojos. Parece fácil. Hagan la prueba.

¿Cómo vamos a hacer el amor si no confiamos en el AMOR?

Porque de eso se trata. No de confiar en el otro. No sabemos nada del guión de vida álmico de otra persona. Puede cambiar imprevisiblemente, puede elegir canalizar su energía amorosa de otra manera, puede irse al carajo, puede desencarnar. Pero el AMOR no cesa, porque el AMOR no está encarnado en otra persona. Simplemente ESTÁ. Simplemente ES. Objetualizamos el amor, lo llenamos de atributos del ego, lo deformamos. Y ése es el origen de todas nuestras desdichas.

Por un lado sabemos, intuímos, que el amor es un gran sentimiento oceánico de dicha. Que es eterno, ilimitado, absoluto. Por otro lado, lo convertimos en esa cosa chiquita de apegarnos a otra personita miedosa como nosotros, y jugar al viejo juego de placer y dolor. La mayoría de la gente busca placer y escapa a la menor señal de sufrimiento. Otros, almas más viejas y conocedoras del sufrimiento, parecen regodearse en él, encuentran placer en el sufrir por amor. Y es verdad que es necesario conocer el sufrimiento, profundizar en él, como en cualquier cosa, para poder trascenderlo. Pero....

¿Por qué no podemos permanecer en la alegría?

Porque no confiamos en nuestro flujo de Amor.

Porque pensamos que es algo que hay que buscar afuera, y una vez “conseguido”, asegurarlo por todos los medios posibles. El ego quiere certezas...porque está muerto de miedo, condenado en la paradoja de un egoísmo necesitado. Necesito a otro porque no sé quién soy, entonces busco a alguien que me lo espeje y luego me apego a esa pesona como medio de prolongar la sensación de seguridad. Que indefectiblemente fracasa, claro. porque la permanencia no es la naturaleza de las cosas en este mundo. No en el modo en que nosotros entendemos la permanencia. Las cosas, las posesiones, los cuerpos no son permanentes: la energía sí.

Confianza es una palabra a la que hemos dado acepciones extañas. Decimos que confiamos en alguien cuando esperamos que no defraude nuestras expectativas, basadas en los valores compartidos. Valores parece ser una palabra intachable, y raramente alguien se para a comprobar la veracidad de esos valores.

Básicamente valores significa que aceptamos un modo de vida que es el políticamente correcto. El que nos han enseñado las buenas gentes bienintencionadas, en su ignorancia de la vida verdadera. Un modo en el cual unos se preocupan (emocional y no amorosamente) por otros, hasta el punto de cohartar su desarrollo evolutivo. Sí, porque muchas veces lo que el otro necesita es justamente soltarse del amor apegado con el que lo obsequiamos y encontrar él mismo sus propias verdades. Ser su propio maestro, que en definitiva es el único camino real. Los otros son caminitos medrosos del ego que necesita seguir a alguien, confiar en alguien, creer en algo, identificarse, reivindicarse a sí mismo y a su modo de sentir y existir en el mundo. Porque sino...nada tendría sentido, verdad? Para el ego, claro...pero es justamente en ese punto, cuando nos damos cuenta del absurdo, que empieza la vida verdadera.

I forget who I am when I’m with you...canta Goldfrapp

Y sí...en el AMor nos olvidamos de quiénes somos...es irrelevante...nuestra personita, el ego, deja de existir...se funde con Todo lo que Es. Y eso es PURA BELLEZA.

Yo me quiero fundir...y usted? jaja

Tejer magia...pero no sólo de a uno o de a dos. Es gradual. Uno empieza por entender el Amor dentro de sí, y por supuesto que no se entiende con la mente. Se empieza por sentir la Verdad, que es diferente a otros sentimientos a los que estamos acostumbrados. La Verdad es un estado de profunda calma, lucidez y belleza sin causa. Y luego podemos entrar en flujo con otra persona, desde ese lugar. Eso es Amor. Y podemos compartirlo con todos.

Amor es ser quien somos. Debajo de todas las capas de ego, está el ser real.

Ahora me doy cuenta que mi psoriasis es eso...literalmente capas de ego para proteger la piel, capas de miedo, de emoción...capas y más capas para aislarse del mundo. Para que el mundo no me lastime.

Y ahí está el “problema” del Amor...que no es tal. Amar no es preguntarse acerca del bien o el mal que puede causar el mundo en mí. No es evaluar eso para salvaguardar mi cuerpo emocional o exacerbarlo, según el caso. Es dar. Es estar en el punto de percepción opuesto, en el cual yo no espero ni temo nada. Es un lugar de paz interna desde el cual puedo nutrir a otro, puedo compartir mi ser amoroso con otro...and this is such a gitf! El regalo del amor no es la “sensación”, las florcitas de colores del estar enamorado y todo eso. Tampoco el hábito, la costumbre, el alivio de estar junto a alguien afín en este mar de individualismo y destrucción en que hemos conertido al mundo.

El Amor es una aventura infinita. Un viaje de descubrimiento hacia nuestra propia y dormida capacidad de AMAR. Y es EXPANSIVO. No se trata de amar a una persona...se trata de amar Todo lo que Es, así tal como es, sin pretender cambiar nada por nuestro interés personal...ni siquiera (y aquí es donde suelen perderse los trabajadores de la luz) por un bien mayor.

El Amor ACEPTA. No lucha, no cuestiona, no pretende alterar nada.

Es el ego el que necesita reivindicarse a sí mismo con esos movimientos! No el Amor! El Amor no necesita nada, más que SER. Y ES. La pelota está de nuestro lado; está en cada uno RESPONSABILIZARSE POR SU PROPIO AMOR y encontrar la manera de VIVIR DESDE EL CORAZÓN y VERTER SU AMOR EN EL MUNDO. Sin luchas ni conflictos.

Nunca puede haber nada conflictivo en el amor, se dan cuenta? El conflicto está en el ego, y el ego no es Amor...no puede entenderlo, porque es una energía que rebalsa su naturaleza mezquina y autoprotectora.

De repente entendí que el Amor se hace muy quieto...me dieron ganas de estar así, quietita, junto a alguien. Casi no hay movimiento. Es como estar sumergido en un lago de hielo increíblemente dulce...de ahí la metáfora de los osos polares ivernando!

Hoy me llegó esto:

“La búsqueda de la libertad es la única fuerza que yo conozco. Libertad de volar en ese infinito. Libertad de disolverse, de elevarse, de ser como la llama de una vela, que aún al enfrentarse con la luz de un billón de estrellas permanece intacta, porque nunca pretendió ser más de lo que es: la llama de una vela.”

El Arte de Ensoñar


Qué bueno...porque Libertad es Amor! Amor es volar en el infinito, y buscar el Amor es lo único que vale la pena...pero buscarlo bien! Buscarlo en el único lugar donde está: adentro. Se invierte toda la ecuación, se dan cuenta? Cuando tomo contacto con mi tesoro interior, con la lucecita que hay en mí y en cada uno de nosotros, no salgo afuera a buscar, sino a dar.

Amor es disolverse, elevarse...SER. Y la llama del Amor permanece intacta.

En verdad, la peli de Kim Ki Duk (y miles de otras, y de libros, y canciones, y poemas) no habla de Amor. Habla de lo que no es amor. De las confusiones que tenemos los humanos cuando tratamos de vivir el Amor desde el ego, la necesidad y el miedo.

Vivir un amor es ser humano. Vivir EN el AMor es ser un Mago.

El Mago que hay en cada uno de nosotros, que el mundo necesita desesperadamente.

jueves, junio 26, 2008

Este no es un texto amable


Después de haber leído algunas cosas relacionadas a la victimización de la mujer en la historia de la humanidad, y sobretodo de haberme experimentado a mí misma como víctima infinidad de veces, descubrí algo. La verdad es que la victimización de la mujer no existe. Es, como miles de otras cosas en este mundo, una idea a la que hemos dado forma, corporizándola a través de palabras e imágenes. La verdad es que la mujer sufre esa victimización en la misma medida que usufructúa de los beneficios de ser víctima. La víctima no tiene que responsabilizarse de sí misma, de su propia infelicidad, porque siempre puede culpar por ello a su victimizador masculino, al “hombre-no-amoroso” al cual se apega enarbolando la bandera del “amor”.

Ahora, se ha detenido la mujer a pensar cuál es su rol en todo esto? Ella espera que el hombre sea amoroso, pero quién guiaría a la naturaleza masculina hacia semejante cosa? Se enseña a los hombre a ser amor, o más bien se les enseña a ser odio, competencia permanente incluso en la amistad con sus pares? Es la responsabilidad de ser la guía amorosa del hombre lo que asusta a la mujer y la hace quedarse en el rol de víctima y sus versiones posmodernas? Las chicas “a lo Sex & The City” (no por nada es tan popular el asunto) también son “víctimas” a las cuales “les suceden” cosas que aparentemente no pueden controlar si no es a través de la manipulación emocional o algún tipo de evasión. Siempre queremos controlar algo, hombres y mujeres, con la esperanza de que en ese “control” hallemos el éxito, el amor o la felicidad, y la manera femenina por excelencia es la manipulación emocional. Ésta es la manera en que tradicionalmente se educa a la mujer para sacar partido de su rol de víctima. Tú me sometes, tú te resistes a mi “amor”, tendrás que soportar mis quejas, lágrimas y mis gritos, entonces...La seducción, por cierto, no es más que la contracara melosa de la mujer en llanto. Las dos persiguen una misma quimera: reafirmar su existencia a través de otro, y hacérselo pagar de algún modo en caso de que ese otro oponga resistencia. Para ello utiliza todos los medios a su alcance, porque la sociedad le ha dicho que eso está bien y es lo que se espera de ella. Pero qué clase de amor verdadero querría tomar revancha por su propia infelicidad...qué clase de amor verdadero podría albergar infelicidad alguna? El amor humano, claro.

Como estamos todos funcionando, adentro de esta Matrix, como el perro de Pavlov, por reflejo condicionado, el falso hombre está muy acostumbrado a caer en las trampas y manipulaciones de la falsa mujer, y hasta “disfruta” con ello. Y viceversa. Ambos refuerzan sus egos en este proceso, tanto si momentáneamente “consiguen lo que quieren” como si lo “pierden”. Es lo mismo. En verdad, no se logra ni se pierde nada, si bien lo falso se atrae y complementa muy bien. Nadie parece querer afrontar la incómoda verdad.

Las mujeres que critican a los hombres en el fondo desean mantenerse en un rol inmaduro de nenas caprichosas y quejosas...la crítica, especialmente compartida con las amigas, y saturada de ironías y placeres mundanos, bien a lo Sex & the City, es una válvula de escape a la frustración amorosa, una alternativa a confrontar el hecho dolorosísimo de no sentirse verdaderamente mujeres. Se enseña falsamente a las mujeres que una “mujer” viene en un determinado envase temporal y debe actuar de manera “seductora” a fin de lograr la relación “amorosa” que la hará sentirse “plena”. Algunas mujeres reemplazan el logro amoroso por el profesional, que es la trampa que se enseña a los hombres. Es apenas un detalle. Se enseña a la mujer, igual que al hombre, a salirse de sí mismo, en apoyarse en cosas del mundo para ser...un terrible error.

Una verdadera mujer pone límites a cualquier intento de descalificación o minusvaloración (la clásica arma masculina) con suavidad y firmeza, muchísimo antes de llegar a las quejas y los llantos. No es honesto llegar a eso, porque requiere previamente haber pasado muchas cosas por alto con la esperanza de poder cambiar o manipular al otro con el poder de un falso amor basado en seducciones y negociaciones. Nunca funciona por mucho tiempo. No corresponde al hombre colocar a la mujer en su rol espiritual, ancestral y sagrado, de dadora y receptora de amor: esta tarea le corresponde a ella misma. Las mujeres de la posmodernidad tienen que desandar un largo camino de regreso a su verdadera, mágica y sabia esencia. En ese camino se van dejando a un costado las culpabilizaciones de cualquier tipo, el resentimiento y la infelicidad. Porque solo una mujer que ame la vida en su forma esencial (no la vida del shopping y la empatía catártica con sus amigas) puede saber quién es realmente.

Creo que, en este sentido, los hombres hacen un bien cuando actúan “mal”. O sea, cuando no se responsabilizan del dolor de la mujer. Se espera que si el hombre “compra” el paquete, lo haga responsabilizándose de los sentimientos de la mujer (algún que otro libro de autoayuda que anda por ahí tiene este tipo de enfoque), al fin de cuentas para eso ella lo manipuló, resistiendo sus avances sexuales durante un tiempo o utilizando cualquier otra técnica que tenga que ver con la excitación y postergación del deseo. El más flaco favor que se le puede hacer a una persona es responsabilizarse por sus sentimientos. Es postergar su propia evolución, que en un punto del camino tiene, sí o sí, que enfrentar la responsabilidad personal. Sucede que, como en todo, somos muy buenos en tomar la parte placentera del negocio, y no tanto en recoger los platos rotos. Pero este “actuar mal”, esta lamentable astucia, no es más que la culminación de un entramado de negociaciones y dependencias al que le ponemos el título de “relación amorosa”.

Mucha gente se queja de que hombres y mujeres actúan inescrupulosamente al no respetar sus contratos tácitos o de hecho en relación al “cuidado afectivo” de la otra persona. Decimos que este cuidado es un valor humano, donde la preocupación por el otro es directamente proporcional a la “importancia” del compromiso asumido. Pero sería muy hipócrita no admitir también que la persona que espera el rédito de esa responsabilidad no lo hace desde un lugar de amor (que nunca espera nada puesto que no conoce la necesidad), sino desde un lugar de ego herido, que es siempre un falso lugar, por legitimado que esté. Tratamos nuestras relaciones como una negociación y luego nos quejamos por la falta de amor del otro. No es de extrañar. Nunca hay amor cuando hay un interés personal.

Cuando el hombre, o la mujer, actúan inescrupulosamente, desde un lugar recóndito de su ser están obligando al otro a hacerse cargo de su propio dolor. Lo cual suena muy cruel, dentro de nuestra melosa y falaz concepción del amor. Y sin embargo, es una bendición. Tal vez nunca una mujer o un hombre se verían impulsados a mirar dentro de sí mismos de no ser aguijoneados por esta clase de dolores, y entonces tal vez nunca saldría a la luz el hombre verdadero, la mujer verdadera, que el otro con su “mala conducta” está empujando a la superficie.


Una mujer y un hombre no son sus éxitos ni sus logros, sean estos amorosos, profesionales, intelectuales o del calibre que sean. No son sus posesiones. No son sus experiencias, sus gustos, sus gracias y manías, aunque se definan a sí mismos por todo esto. Se puede dar la vuelta al mundo y aún no saber qué es el mundo, qué es la vida, qué es Ser. Hemos olvidado cómo ser (la cosa más simple y esencial) y lo andamos buscando por ahí afuera (donde, naturalmente, nunca va a estar), a la espera de que alguna experiencia extraordinaria, alguna persona extraordinaria y realmente a la altura de la opinión que nuestra personalidad, nuestro ego tiene de nosotros mismos, nos lo revele. Y culpamos a las circunstancias, al pasado, a otras personas, todo con tal de no hacernos cargo del asunto...de que eso que no pasa afuera es algo que tiene que pasar primero adentro.

No hay verdadero amor hasta no descender a nuestro propio infierno personal y hacernos COMPLETAMENTE responsables de lo que sucede ahí adentro. Porque atrás de las miserias y mezquindades de nuestra personalidad, está la perla de la esencia del Ser: aquello que verdadera y únicamente somos, tapado como el corazón de una cebolla por sucesivas capas de mundo e infelicidad.

La vida no es infeliz. La vida es siempre dichosa, y sólo espera que la descubramos en nuestro interior para manifestarse afuera.

Y solamente eso, descubrir el amor dentro de nosotros como algo que simplemente ES, todos los días y bajo cualquier circunstancias, atemporal e imperturbable, es lo que puede sanar al mundo, construido en y desde la negación de ese amor.

Por eso el “amor” que propone el mundo no es real.

Por eso la gente dice amarse cuando sólo se junta medrosamente, a la espera de prolongar sensaciones de placer (cuando la naturaleza de la sensación es justamente su no permanencia en el tiempo) y evitar sensaciones de dolor que podrían emanar de la soledad, para enfrentar la vida (esa lucha permanente, según aprendemos) con uno, dos o más “aliados”. También tratamos de hacer alianzas afectivas con nuestros amigos, y decimos que los amamos cuando sería más apropiado decir que nos sentimos atraídos hacia ellos porque nos idenfiticamos, porque vemos refeljado algún aspecto de su infelicidad en nuestra infelicidad y eso nos “tranquiliza”. Usamos la palabra “amor” para justificar nuestros propios temores a perder las imágenes que proyectamos, y que otros nos espejan, de nosotros mismos.

Los mayas decían que en esta época el hombre se confrontaría con el mundo de los espejos, es decir, con la imagen falsa de sí mismo, que es la imagen del mundo.

Como no queremos afrontar esa verdad, la tapamos con hechos, con palabras. No nos quedamos quietos en silencio, observando...no tenemos tiempo, claro. Estamos ocupados tratando de lograr cosas ahí afuera, en el mundo.

Hablamos, hablamos, hablamos. Mucho. Demasiado. Sobretodo las mujeres. Nos pasamos la vida rellenando el tiempo con palabras y situaciones que supuestamente deben proporcionarnos la “sensación” de felicidad, o al menos de consuelo de saber que “a otros también les pasa”, entonces dejamos que nuestras emociones y nuestra necesidad (artificialmente inducida)de identificarnos con algo externo a nosotros mismos tomen las riendas de nuestra vida. Vivimos en un mundo mental, lleno de imágenes y pensamientos, y muy poca o casi ninguna vida. A la vida la hemos convertido en excitación, entonces necesitamos cosas, situaciones y personas que nos exciten y nos calmen para sentirnos “vivos” y para escapar del dolor y la infelicidad que inevitablemente sobrevienen. No porque sean parte de nuestra esencia, ni mucho menos de la vida o del amor (aunque miles de canciones y poemas escritos por personas igual de perdidas y propensas a huír del dolor y perseguir el placer que nosotros afirmen lo contrario, que el “amor” está ligado al placer y al dolor y otros disparates por el estilo, para justificar su propio sufrimiento haciendo al amor responsable...siempre necesitamos que alguien cargue el muerto por nosotros), sino porque son parte del mundo que NOSOTROS hemos creado.

Yo he sido, hasta ahora, una de esas personas inmaduras e irresponsables, llenándome la boca con la palabra amor sin tener idea de lo que es eso, sin mirar verdadera y muy profundamente en mi interior. La verdad es que no sé qué es el Amor. No hay preparación intelectual para esto. Es permitir que suceda un proceso que sucede para todos aquellos que lo permiten. Es el proceso de elegir la vida verdadera, no la vida falsa en la cual nadamos quejumbrosos, excitados, temerosos, enojados, alejados irremisiblemente de nuestro verdadero ser apacible y dichoso. Es, dicen, un proceso bastante parecido a la muerte, necesaria para que lo Verdadero pueda renacer.

Estoy en el proceso de disolver el ego, de morir a mí misma, de renunciar a mi personita pequeña y mezquina. A sus gustos, sus manías, sus caprichos, sus falsedades. Es difícil, básicamente porque nos enseñan a creer que esa triste persona somos nosotros, que sin ella estamos perdidos. La primera cosa es darse cuenta de que está ahí, y de hasta dónde llega (en esta época oscura y hedonista está muy extendida) Cuántas áreas de nuestra vida están tomadas por el cáncer de nuestra personalidad, nuestros apegos, nuestros miedos, gustos, disgustos, nuestra negación a aceptar el regalo de la Vida tal cual es, sin convertirla (sin pervertirla) en otra cosa. Se podría decir que estamos en guerra permanente con la Vida verdadera, entonces no es de extrañar que nunca tengamos paz verdadera. El cáncer de nuestro ego nos va matando lentamente hasta convertirnos en unos zombies movidos como resortes en una perpetua búsqueda de placeres, en una permanente huída del sufrimiento, sin advertir que una cosa es la contracara de la otra y tarde o temprano rota para mostrarnos su otra faz, como la luna, porque en el mundo de la dualidad que construimos no existe una cosa sin su opuesto. El yin y el yan.

Por eso es fácil distinguir lo real. Lo real no tiene opuesto.

No es fácil despegarse del sufrimiento, porque la verdad es que estamos muy apegados a él. Nos hace sentir seguros; pero la Vida Verdadera es incertidumbre y lo que hacemos es crearnos la seguridad de un barco permanentemente anclado. Es parte de nuestros apegos al mundo, como las posesiones y todo lo demás. La verdad es que estamos muy identificados con nuestro dolor muy bien negado o muy bien justificado, tanto da, y no queremos desprendernos de él. Nos preguntamos quiénes somos sin ese dolor.

Somos Vacío.

Somos la Nada.

Somos Amor.

Amor que no elige su objeto, porque el amor JAMÁS elige...simplemente se expresa, brindándose a sí mismo.

En cada elección está la trampa de una identificación con nuestro yo infeliz en permanente anhelo de cosas externas que “nos darán la felicidad algún día”

La dicha verdadera no existe en el futuro.

Ni tampoco en el pasado.

Por más que vivamos en ellos en nuestros pensamientos, si es que a eso se le puede llamar vida...

La única dicha verdadera es AHORA.
 
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